"El secreto de ser aburrido es decirlo todo"

Voltaire.

miércoles, 6 de julio de 2011

EL AJUSTE: UN ÉXITO.

Las últimas declaraciones de dos importantes miembros del Gobierno, confirman que el ajuste presupuestario al que se ha sometido España se está cumpliendo claramente:

El ministro de Fomento, José Blanco, se lamentaba de la imposibilidad de mantener y completar las carreteras y los trenes, sin subir los impuestos. Ello revela la intensidad del recorte en obras públicas por el ajuste.

La vicepresidenta de Economía, Elena Salgado, reconoce que en el segundo trimestre del año ha habido una desaceleración.

Pero hay más pruebas del éxito del ajuste:
En junio el paro registrado se redujo en 67.858 personas. Es el tercer mes consecutivo de bajada del desempleo. La reducción del número de parados en junio además es la segunda mayor que se ha registrado en ese mes. A simple vista parece un buen dato. Pero sólo si no miramos más. El resto de los detalles son malos:
Primero, la bajada del paro es claramente menor que la de junio del año pasado, cuando se redujo en 83.834 personas.
Segundo: en junio se hicieron menos contratos indefinidos (estables) que hace un año. Algo que viene repitiéndose cada mes. Cada vez se hacen menos contratos estables y más temporales. Tras la reforma laboral no se ha corregido la tendencia, sino que se ha acelerado.
Tercero: ha bajado en 5.612 el número de personas afiliadas a la Seguridad Social, lo que significa que se destruye empleo.

No es este el único reflejo de que persiste la atonía económica.
El consumo de energía eléctrica en junio fue un ligeramente menor que un año antes.
La venta de coches sigue desplomándose: en el primer semestre se ha vendido un 26 por ciento menos de automóviles que hace un año.
Y Hacienda logra reducir su déficit a base de gastar menos. La inversión en obra pública, que suele crear mucho empleo, ha caído un 20 por ciento.

Si se recortan salarios a un millón de empleados públicos y se congelan los del resto, esos ciudadanos, consumirán menos. Si se recorta el dinero para hacer obras públicas, no hará empleo para mucha gente, que también dejará de consumir. Son las consecuencias del ajuste.

El ajuste tiene éxito en todo,...o más exactamente, en casi todo.

Cuando se aprobó ,el Gobierno trataba de tranquilizar a los mercados. El termómetro de su malestar, de la falta de credibilidad en la economía española era la diferencia entre el interés de nuestros bonos y el de los alemanes. La llamada primar de riesgo, que hace que paguemos mucho más por el dinero que nos prestan. En mayo de 2.010, cuando nos quedamos al borde del precipicio esa prima de riesgo se había disparado hasta 163 puntos. Un dato tan alto avisaba de un colapso y el Gobierno cedió y anunció el ajuste. Ahora esa prima de riesgo llega ya a 269 puntos. Con algunos altibajos, no ha parado de subir.
Curioso: todo se somete al ajuste salvo el indicador que lo justificó. De acuerdo con esa prima de riesgo, hemos ido al precipicio y nadie nos lo ha contado.                    
                                                                                      

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