"El secreto de ser aburrido es decirlo todo"

Voltaire.

martes, 27 de septiembre de 2011

EUROPA. UNIDOS EN EL RECORTE

No es cierto que los países de la Unión Europea no hayan tomado medidas conjuntamente. El problema puede ser que las hayan tomado en la dirección equivocada.

La obstinación sólo puede acarrear un castigo y no una recompensa, porque el resultado es inevitable.
John M. Keynes.
Teoría general...



Escucho continuamente que la falta de unidad de la Unión Europea para tomar decisiones es la causa de que no se arreglen las cosas. Grecia parece estar al borde de la suspensión de pagos (no de la quiebra, como se dice insistentemente, quizás por una mala traducción o más probablemente porque suena más truculento). Los mercados no paran de castigar a países en principio solventes, como el nuestro, provocando una subida de los intereses que pagan por su deuda e incrementando su riesgo de insolvencia. Como los países afectados, empezando por Grecia, tienen el euro como divisa, se pone en riesgo al euro mismo. Y si se rompiese la zona euro, el proyecto de Unión Europea estaría tocado de muerte. Este “cuento de la lechera”, versión gore es una reproducción del relato casi diario. La mayoría de la gente parece no entender nada de esto, pero al escucharlo una y otra vez le entra un miedo que se le quitan las ganas de gastar. Así estamos.

A lo que iba. A los gobernantes de los países europeos se les atribuye falta de iniciativa y de unidad, lo que sirve para explicar la razón de nuestros males. Se supone que si tomasen decisiones pronto y todos de común acuerdo las cosas mejorarían. Pero las cosas no son exactamente así. La Unión Europea sí ha tomado decisiones para hacer frente a la llamada crisis de la deuda. Y lo ha hecho de común acuerdo. Eso sí precedido de un debate público que ha servido de alimento a los que especulan en los mercados al calor de cualquier frase o rumor.

Pruebas palpables de la actuación de las autoridades en Europa:
-Dos de mayo de 2010. Los ministros de la zona euro y el FMI aprueban prestar a Grecia 110.000 millones de euros. A cambio Grecia debe hacer recortes por 30.000 millones.
-Diez de mayo de 2010. La Unión Europea crea un Fondo de 750.000 millones de euros, en colaboración con el FMI, para ayudar a los países con problemas de deuda. Se llegó a considerar como la decisión histórica más relevante desde la creación del euro. Casi todos aplaudieron el arrojo de las autoridades por esta solución definitiva.
-También a partir de mayo de 2010. Los ministros de economía de la UE fuerzan a España a asumir un severo plan de ajuste.
-Simultáneamente y de común acuerdo, bajo el liderazgo de Alemania y la ortodoxia del Banco Central Europeo, la Unión Europea inaugura una política general de austeridad en las cuentas públicas. De manera coordinada se pone fin al gasto de los Estados para impulsar la economía y salir de la crisis. Es el fin de los llamados estímulos económicos.
-Entre mayo y junio de 2010, la mayoría de los países de la zona euro anuncian planes de ajuste o austeridad, que consisten en recortes de gasto público, en muchos casos gasto social: Desde Alemania, que lo presenta el 7 de junio, pasando por Francia (el 12 de junio), Italia (el 25 de mayo), España, por supuesto ( el 12 de mayo). Incluso Gran Bretaña, fuera del euro, colaboró en la coordinación de esa Europa que podríamos calificar de Unida por el Recorte.
-Noviembre de 2010. La Unión Europea acuerda su segundo rescate, el de Irlanda. A cambio debe recortar el gasto, subir impuestos y despedir a 25.000 empleados públicos.
-Mayo de 2011. La Unión Europea decide otro rescate, el de Portugal. Su recorte incluye 17.000 funcionarios despedidos y privatizaciones de empresas públicas.
-21 de julio de 2011. Acuerdo de todos los países de la Zona Euro, de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo. Se aprueba un segundo plan de rescate a Grecia. El primero ha fracasado. Y Grecia tiene ahora muchos más problemas que antes para devolver lo prestado. Todos pactan que el Fondo de rescate pueda comprar deuda de otros países. Y se vuelve a insistir en que todos están obligados a programas de austeridad presupuestaria. Es el segundo gran acuerdo histórico y de nuevo se le considera definitivo.

-Agosto de 2011. El Banco Central Europeo se decide por fin a comprar deuda pública de España e Italia para contrarrestar a los especuladores y detener así la subida de sus intereses.

La relación de acuerdos y medidas es larga e implica a todos. Por tanto, no es cierto que los países de la Unión Europea no hayan tomado medidas conjuntamente. Al contrario. El problema puede ser que las hayan tomado en la dirección equivocada. Ello explicaría que cada vez las cosas empeoren en lugar de mejorar.

La economía griega estaba muy mal: su economía cayó un 2 por ciento en 2009; y ahora está mucho peor: este año cae el 7,3 por ciento. El interés de sus bonos a 10 años estaba al 7,16 por ciento cuando hubo de aplicar el ajuste para recibir el primer dinero del rescate. Ahora llega al 24 por ciento. Cada decisión fue recibida con aplauso por los que manejan el dinero en los mercados. Y a los pocos días todo parecía ir incluso peor que antes.

La economía del conjunto de Europa se ha parado desde que comenzaron los recortes, coordinados y asumidos por todos. Probablemente sin una coordinación tan precisa en los ajustes, las cosas hubieran ido mejor, porque la austeridad de unos se podría compensar con el gasto de otros. Gran parte de lo que produce España lo compran Alemania, Francia o Italia. Gran parte de lo que produce Alemania, lo compran Francia, Italia o España y así sucesivamente. Si todos deciden gastar menos, los demás venderán menos. Y no hay que olvidar que el Estado es en cada país el primer consumidor y  el primer inversor, el que tiene capacidad para gastar cuando empresas y familias no lo hacen por dos motivos: los bancos no les prestan tanto dinero y además están asustados con tanto drama, como el “cuento de la lechera”, versión gore.

Imaginemos que Europa tiene una sola autoridad, en lugar de varias. Tomaría decisiones. ¿Cuales? Esa es la cuestión. ¿Emitiría eurobonos? Si esa autoridad fuera Merkel, o cualquier personalidad de Bundesbank desde luego no emitiría eurobonos.

Aclaremos que emitir eurobonos consiste en que sea la Unión Europea la que pida dinero prestado al mercado para hacer frente a las deudas de los países que lo necesiten. Un Tesoro Público Europeo emitiría títulos de deuda, o bonos, como se quiera decir. Y se supone que el interés que debería pagar sería menor que lo que deben pagar ahora los países con más problemas, porque tendrían la garantía de toda la Unión Europea. Alemania no lo quiere porque ella no necesita un interés más bajo para sus bonos. Y se entiende que al ser el país más solvente sería el que de hecho avalara a los demás. Pese al entusiasmo con que se solicitan ahora sólo el tiempo diría si esta nueva decisión histórica sería la correcta.

Por último. Esa única autoridad europea que imaginamos ¿mantendría e incrementaría los recortes? ¿O impulsaría el crecimiento de nuevo con el gasto público, me cueste lo que me cueste? Esa es la cuestión. 

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