"El secreto de ser aburrido es decirlo todo"

Voltaire.

jueves, 27 de octubre de 2011

EUROPA. NUEVA CUMBRE HISTÓRICA. Y VAN...

Se consuma el círculo vicioso que comenzó con la crisis: los Estados ayudan a los bancos, los bancos prestan a los Estados, los Estados ayudan los bancos. Mientras, no se contempla ni un sólo impulso para sacar a la economía del abismo.

Conviene abandonar aquí todo temor, aquí ha de finalizar toda cobardía. Hemos llegado al lugar donde te he dicho que verías a la desconsolada gente que ha perdido el bien de la inteligencia”.
      Dante.
      La Divina Comedia.
      A la puerta del infierno.


La Unión Europea acaba de celebrar la reunión histórica de este trimestre. La cumbre donde de nuevo lo que ha estado en cuestión es la credibilidad de la eurozona y la supervivencia del euro, como la cumbre anterior, y la anterior,...¿y quizá la siguiente?

Hasta ahora la mecánica ha sido esta:
-Tensión en los mercados: la bolsa baja mucho, el euro lo mismo y el interés de la deuda se dispara en algunos países, entre ellos España.
-Acusaciones a las autoridades por no hacer nada y no alcanzar acuerdos (parece que da igual lo que alcancen, con tal de que logren acuerdos)
-Preparación de una Cumbre, y expectativa ante la misma, en la que se depositan todas las esperanzas de salvar a Grecia y al euro.
-Celebración de la Cumbre y acuerdo "in extremis".
-Declaración del carácter “histórico” de lo acordado, por parte de los asistentes y de otros.
-Los mercados vuelven a la tranquilidad: la bolsa sube, el interés de la deuda baja...sólo durante un tiempo. Luego la bolsa vuelve a caer y la deuda a subir. Nueva alarma...y vuelta a empezar.

Unos meses más tarde se repite el ciclo. ¿Qué cambia de uno a otro? Pues cambia la dosis de medicina, que aumenta de una cumbre “histórica” a otra. El tratamiento se hace más intenso, pero viene a ser el mismo. Las cosas siguen casi igual, pero con algunas diferencias significativas, para todos, pero en concreto, para España.
-La prima de riesgo española, el interés de más que hay que pagar por ser menos fiable se ha disparado desde la primera cumbre “histórica” hasta hoy: de 163 puntos en mayo de 2010 a 350 puntos ayer, tras rebasar los 400 puntos en agosto,
-La economía apuntaba hacia la recuperación. Ahora se ha frenado.
-Y el dato clave: sigue la sangría del paro con casi  cinco millones de desempleados.

Cada cumbre “histórica” tiene su rasgo diferencial. ¿Cual ha sido el de esta? La exigencia de que los bancos deben recapitalizarse. Todo banco debe tener una cantidad de dinero propio (no prestado) que se considere suficiente para respaldar los créditos que concede. Ese dinero es el capital, que le da solvencia: la certeza de que aunque vengan mal dadas podrá sostenerse. Ahora las autoridades europeas dicen que los grandes bancos deben tener más capital. ¿Por qué?
Es un poco lioso, pero trataremos de explicarlo. Porque una parte del dinero que habían prestado, el concedido a los Estados comprando deuda pública, se considera que ya no es tan segura su recuperación. Hasta ahora, si un banco español había prestado 1.000 euros al Estado, comprando un bono, el banco daba por seguro que tenía 1.000 euros, que recuperaría cuando venciese el título. Ahora la cosa ha cambiado sustancialmente, deberá apuntar que tiene, no los 1.000 euros a que compró el bono (y que recuperará en su día), sino el precio a que se valore el bono en el mercado. Y como el mercado, altamente especulativo y volátil, ya no valora ese bono a 1.000 euros, sino a menos, el banco debe contar con que tiene menos. En teoría, sólo en teoría, está perdiendo dinero por ello y deberá conseguir más capital, más dinero propio para soportar ese hecho. Es una pérdida que no es tal, porque cuando finalice la vida del bono, el Estado le devolverá los 1.000 euros.

Consecuencia de este galimatías.
Primero. Los bancos europeos deberán conseguir para ellos (no para prestarlo) 106.000 millones de euros. Y los bancos españoles, de los que más: tienen que conseguir 26.000 millones de euros, porque tienen mucho dinero prestado al Estado, y la deuda española ha bajado de precio en el mercado.
Segundo. El dinero que deberán guardar como capital es dinero que no podrán prestar, luego si los bancos concedían pocos créditos, ahora darán menos, esto contribuirá a enfriar más la economía.
Tercero. Al valorar menos la deuda de algunos Estados, como España, se está reconociendo oficialmente la posibilidad de impago de una parte de esa deuda. Ello puede contribuir a que el mercado la termine valorando menos aun, lo que obligaría a los bancos a buscar aun más capital, y así sucesivamente.
Y cuarto. Esta y el resto de las medidas adoptadas tienen alguien que debe avalarlo en última instancia, es decir, conseguir el dinero, si no se logra de otro modo: los Estados de la Zona Euro. De tal modo que se consuma el círculo vicioso que comenzó con la crisis: los bancos estaban al borde del precipicio. Los Estados acudieron en su ayuda y les prestaron dinero sin límites. Los Estados se endeudaron para ayudar a bancos y ciudadanos por la crisis y pidieron dinero prestado a los bancos. Estos les prestaron el dinero que recibieron de ellos, pero a un interés notablemente mayor. El mercado cree que algunos Estados no podrán devolver el dinero a los bancos. Los Estados obligan a los bancos a conseguir más capital. Si no lo logran los Estados deberán ayudarles.

Es un círculo vicioso que olvida algo esencial: el dinero para todo esto se genera con la actividad económica, y con el empleo que genera esa actividad. A los Estados se les quitó la palanca con que impulsar el crecimiento, que es gastar dinero cuando otros (empresas y ciudadanos) no pueden o no se atreven. Ahora se reduce otra palanca para crecer, la del crédito, ya de por sí muy inactiva. Si esto se arregla pronto será un milagro.

1 comentario:

  1. ¡Qué deprimente! No me extraña que el Toni Garrido dé a su sección de economía el título de "¡Qué mierda más grande!" ¿Podemos hacer algo los ciudadanos contra este tropel de incompetentes aparte de indignarnos? Quiero que tu próximo artículo traiga un poco de esperanza.

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