"El secreto de ser aburrido es decirlo todo"

Voltaire.

martes, 27 de marzo de 2012

VUELCO HISTÓRICO


La izquierda, derrotada hace tan sólo cuatro meses en Andalucía, ha sacado ahora 10 puntos de ventaja sobre el PP. Ese vuelco en sólo cuatro meses, sí es histórico.
                                                                   
                                                           El temor de perder puede tener bases
                                                          tan poco razonables como las tuvieron 
                                                          antes las esperanzas de ganar.
                                                                                  John M. Keynes.     



He dedicado el poco tiempo que tengo a escribir un artículo sobre la estabilidad presupuestaria, el techo de gasto y demás quimeras. Rodeado de cifras comparativas de sucesivos años y cosas por el estilo. Lo tengo y lo he dejado para otro día. A última hora me decido a escribir de otra faceta de la economía: los recortes, los ajustes y los efectos sobre los ciudadanos de la reforma laboral. O lo que es lo mismo, he dedicado a explicarme lo que ha pasado en las dos elecciones parciales, las de Andalucía y Asturias.

No se han cumplido los pronósticos. Dos comunidades que representan el 20 por ciento de la población española han votado por primera vez desde que accedió al poder Mariano Rajoy. Lo han hecho tan sólo cuatro meses después, poco más de los 100 días de gracia que todo tiene todo gobierno para sentirse limpio de críticas. ¿Cual ha sido el resultado?

No entraré a valorar las combinaciones políticas que resultarán de lo ocurrido en las votaciones. Como dije al principio, hablaré de economía. O mejor, de como la ven los ciudadanos.

Los medios de comunicación en general hablan de “vuelco histórico” en Andalucía, aunque sin resultado efectivo. Y ciertamente lo ha habido. Pero a mi modo de ver tal vuelco no lo representa la victoria relativa del PP. No es la primera vez que esto ocurre. En las elecciones generales de noviembre, el Partido Popular ya superó al Partido Socialista y lo hizo con mucha más contundencia que ahora: superó al PSOE por 9 puntos. Es más, derrotó a socialistas e Izquierda Unida juntos. El vuelco es que cuatro meses después, sólo cuatro meses, el PP ha perdido cinco puntos porcentuales. Y lo que es más notable, socialistas e Izquierda Unida, derrotadas en conjunto entonces, han superado al PP este domingo por 10 puntos de diferencia. Semejante retroceso, en los cuatro primeros meses de gracia del Gobierno, sí es histórico.

En Asturias el cambio ha sido menos acusado. Sin embargo, el PP no ha logrado recuperar practicamente nada de lo perdido por su partido hermano, el de Cascos, aunque se lleven como Caín y Abel. La derecha o el centro derecha, como les llamó Dolores de Cospedal, ha perdido casi cuatro puntos ¿uno por mes?

No han sido cuatro meses cualquiera. Han sido de proclamación de que el ajuste, que llevó al divorcio de Zapatero con los ciudadanos, era insuficiente. De advertencia casi diaria de que los recortes debían ir a más, aunque la economía se resintiese. Con sólo una semana en el poder Rajoy incumplió la promesa de que no subiría los impuestos. No lo hizo por convencimiento del poder redistributivo de los impuestos, sino para satisfacer a los mercados. Y lo más alarmante hizo añicos una parte esencial del derecho laboral que protege al trabajador: “una reforma laboral extremadamente agresiva”. En suma, toda la panoplia de recetas que ha impuesto quien Gobierna Europa, la derecha alemana.

Y todo con la advertencia de que de momento seguirá aumentado el paro. Con un mensaje, seguro que involuntario, que puede resumirse así: asalariados, muchos de vosotros os encontraréis pronto sin trabajo, así que mejor no compréis mucho, porque además la indemnización por despido será más baja que hasta ahora. Empresarios, contratad a los trabajadores, ya que podéis despedirlos más barato si lo necesitáis. Aunque,...¿Para qué contratar empleados si lo que produzcamos no lo van a comprar ante el temor de ser despedidos?
Casi nada más llegar a Bruselas investido de presidente, Rajoy anticipó a alguno de sus colegas que le iban a hacer una huelga general. Modo de expresar que estaba más que justificada. La huelga está ya a la vuelta de la esquina. Y todo lo ha logrado el gobierno en cuatro meses.